martes, 5 de marzo de 2013



CENTRO CULTURAL FELIPE ÁNGELES
Por Juan Cu



Foto abajo: Raúl Olguín, atrás y canoso; 
derecha al fondo: Sergio León, músico, 
y al frente Javier Seghura en el Centro 
Cultural Felipe Ángeles de la calle de
 Argentina 75 centro D.F. México.


La asociación Felipe Ángeles, fue fundada por Raúl Olguín y yo, más bién Raúl, y fue de la siguiente manera, en el homenaje de artistas y amigos por la muerte del escritor y poeta Carlos Illescas en 1998, donde nos visitó el poeta estridentista Germán List Arzuvide de 101 años en la capilla Británica (en San Cosme y circuito interior) un hombre anciano y correóso, con sombrero norteño y de hablar ¨al punto sin miramientos¨, que se díjo seguidor de las huestes de Felipe Ángeles en los años de la revolución, cuando era un niño, él, éste venerable quijote mexicano, se había conmovido cuando allí rendíamos culto al desaparecido. Nos ofreció un departamento de las calles de Argentina, centro, para que se realizaran actividades culturales a nombre del General Felipe Ángeles. Raúl me pidió que hablara con él para confirmar este hecho en ese preciso momento de la emoción. El convenio fue cerrado mediante una conocida alusión al mes de mayo ¨para aquél que se rajara¨. Así se hacen, aveces, los convenios de palabra en México. El departamento fue entregado y nosotros todos los días del año realizamos, más bien Raúl, actividades de cultura para el público, además de interesar a los vendedores ambulantes de la zona, y así se hízo durante muchos años, ¿seis? ( Había un piano negro cansado del siglo XIX que el viejo revolucionario había indicado que ninguna persona lo tocáse con o sin su prescencia. Podría jurar que cuando salíamos del lugar, antes de cerrar la puerta, el piano emitía una melodía de sus teclas sin que nadie lo estuviera usando. Una serie de sonidos apenas perceptible; lenta, suave y tersa que nunca pude aprender de memoria a pesar de su brevedad; se parecía a todas las melodías y a ninguna, algo así como esta confusión que tiene el arte de no estar seguro de su originalidad. Se lo dije al viejo, y de inmediato regañó a Raúl Olguín ordenándole que que por ningún motivo se acercasen al piano) A la muerte de este apreciable señor, vendría luego su familia pidiéndo el departamento... y se acabó el Centro Cultural. Cualquier otra versión tan fantástica como la que oí del fantasma de un muerto que se aparecía en las paredes huecas donde escondíamos las mochilas y cosas de valor y que nos tenía hipnotizádos para quedarnos allí en la madrugada es falsa, a pesar de que la calle de Argentina (centro) forma parte de las leyendas de la gran tradición mexicana del siglo XVI y XVII del también desaparecido historiador Don Luis González Obregón - Las calles de México - .